Siempre se comenta que el ser humano es creativo por naturaleza, sin embargo no somos capaces de utilizar este potencial del todo. A medida que crecemos nuestro tiempo dedicado a la creación disminuye, nos vamos acostumbrando a la rutina y a las costumbres. No en vano es nuestro estilo de vida y no se concibe hoy en día otro modo de vida, pensemos que mas del 90% de los actos que hacemos cada día son debido a los hábitos, son lecciones aprendidas desde niño que refuerzan las sinapsis[1] de nuestras neuronas y así somos mas útiles en un mundo donde tenemos que hacer tareas repetitivas como conducir, manejar una excavadora, escribir o cocinar. No nos podríamos imaginar un mundo donde cada mañana tuviésemos que aprender de cero todo lo que hiciésemos, simplemente sería otro mundo y aunque nunca he pensado sobre ello creo que no avanzaríamos y la civilización tal y como la conocemos no sería posible.
[1] El concepto de sinapsis, descrito por primera vez por Ramón y Cajal y bautizado por Sherrington, hace referencia a la existencia de una conexión entre dos neuronas, caracterizada por la presencia de un pequeño espacio que sirve de vía para la transmisión de la información
Pensamiento del Cambio: Libro de Ideas
“Todo lo que tiene fin comenzó finalmente en el origen del final”
Cuando terminé el instituto y la mili a la edad de 18 años y después de sumergirme en la increíble aventura de “Walden dos”[1] me di cuenta que las ideas eran muy importantes y que inventar un método para retenerlas no estaría mal ya había tenido algunas que después ya no las recordaba. Quien no ha tenido un sueño en el que pasa algo fantástico o encuentra la solución a algo y que después de varios días intentas recordar pero no puedes. Esta es una de las maravillas del ser humano que somos capaces de ser creativos y esto sucede cuando como he indicado nos separamos de la rutina, de los hábitos y al dormir o mejor al ensoñar estamos en un mundo en el que todo puede pasar como en “La historia interminable donde la imaginación era la que mantenía a Fantasía a salvo de la nada”[2]. Un libro que recomiendo leerlo en clave de innovación ayuda mucho al pensamiento del cambio.
Empezaba a tratar de pensar en los momentos que no dedicaba a tareas cotidianas, que por cierto otro mal ejemplo de uso para algo tan valioso. Solemos decir “Tiempo muerto” al tiempo que dedicamos entre tareas y que me imagino lo impusieron pensando en la productividad pero que si nos paramos a pensar es necesario para mejorar las tareas rutinarias, necesitamos descansar para poder retomar la actividad pero además necesitamos mas importante pensar en lo que hemos hecho. Esto se usa desde tiempos ancestrales como en el Budismo[3] para tomar conciencia de cada momento en el que estamos, incluso en técnicas actuales como el “Just In Time” JIT introducido por el ingeniero de Toyota Taiichi Ohno. Por ello yo indicaría una provocación: Un cambio para que todos indiquemos que estamos en “tiempo vivo o de conciencia” así eliminamos la connotación negativa que tiene “tiempo muerto” y animar a la gente a ser mas creativa, con pensamiento del cambio y con intenciones de aprovechar esos tiempos para innovar.
Este tiempo vivo o de conciencia, era para mi muy especial y para no perder esos momentos me compré una libreta que aún tengo a la que denominé “Libro de ideas”. Creo que puede ser una forma eficaz de adentrarse en el pensamiento del cambio y de la creatividad, de esta forma le damos forma a ese momento y lo reforzamos la estructura que pensé y cree para ese libro era anotar el día la hora y el lugar y después indicar la Idea simplemente. Les comparto mi primera idea que escribí el día 23 de febrero de 1990 a las 17:12h en Santa Cruz de Tenerife:
“Todo lo que tiene fin comenzó finalmente en el origen del final”
Seguro que esto no sea nada, solo quería darle una idea de introducción, pero seguí escribiendo ideas unas más personales que otras, y al final incluía noticias relevantes que me interesaban ideas de la carrera mientras era estudiante y de nuevas oportunidades.
Les incluyo una de ellas que me parece interesante por el tema a tratar y lo que está de moda teniendo en cuenta que la escribí hace mas o menos 30 años.
Idea de fecha 8 de mayo de 1992 hora 11:05h en Tafira Baja Textualmente escribí ese día:
–“Estoy aquí sentado estudiando inglés, para ello debo leer unos textos en los que se habla del desarrollo de los coches y del futuro de ellos usando energía alternativa al petróleo. Hablan del hidrógeno-oxígeno que mezclado produce una reacción química que produce energía. Simula una batería, no hace ruido y no contamina, es entonces ideal. El problema está en que el hidrógeno es muy reactivo y explota con el oxígeno. Mi idea es que si se pudiera obtener, investigar o desarrollar una mezcla de hidrógeno con otro elemento que evitara si el hidrógeno se escapara no estallara y si además después se pudiera volver a filtrar para obtenerlo puro para su utilización como reactivo conseguiríamos un coche sin contaminación e ideal para una nueva generación futurista.”
Lo de menos en esto es la precisión o acierto de la propuesta o idea sino que como decíamos si nos proponemos un pensamiento de cambio quizás nos acerquemos o intuyamos un futuro de cambio y por ello estemos preparado para ser los generadores del cambio.
[1] Walden Dos es una novela de ciencia ficción escrita por B. F. Skinner en 1948. En ella Skinner continúa con ideas acerca del conductismo y su ingeniería de la conducta. El autor imagina una utopía tomando como referencia el Walden de Henry David Thoreau.
[2] Michael Ende. Su obra se enmarca en el género fantástico. Ha conseguido fama universal con libros como Momo (1973) y La historia interminable (1979),
[3] El budismo es una religión y una doctrina filosófica y espiritual perteneciente a la familia dhármica. Comprende una variedad de tradiciones, creencias religiosas y prácticas espirituales principalmente atribuidas a Buda Gautama. El budismo es la cuarta religión más importante del mundo con más de 500 millones de adeptos o el 7 % de la población mundial